Cómo saber si mi hijo tiene TDAH

por | 11 Feb 2020 | Blog

Si bien muchos niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) son muy activos y enérgicos, este hecho por sí solo no es suficiente para establecer un diagnóstico de este tipo. Hay niños con algunos subtipos de TDAH que no presentan ese exceso de energía en su conducta: es el caso del déficit de atención sin hiperactividad (TDA), que puede manifestarse con una baja energía combinada con falta de atención y otros síntomas.

Entonces, ¿cómo saber si mi hijo, que es inquieto y muestra un comportamiento muy enérgico, tiene TDAH? La realidad es que para ser diagnosticado el niño debe tener un problema crónico y generalizado con su capacidad para regular el nivel de actividad y la activación conductual, así como dificultades para inhibir y controlar sus impulsos. Además, el deterioro en el funcionamiento o el aprendizaje es clave para diferenciar un TDAH de una actividad normal

Signos y síntomas del TDAH

La hiperactividad y el resto de síntomas primarios, como la impulsividad y la falta de atención, son solo la punta del iceberg en los niños que presentan TDAH. Pueden existir impedimentos adicionales que pueden no ser tan obvios. Veamos algunos ejemplos:

  • Los niños con TDAH a menudo tienen dificultades para procesar la información. En los casos en los que predomina la hiperactividad, el niño puede tener problemas para reducir la velocidad lo suficiente como para procesar la información con precisión. Esto, por ejemplo, puede generar conflictos en el colegio o en clase, donde se espera que los estudiantes respondan a las instrucciones de manera rápida y precisa.
  • Los sentimientos de frustración y la sensación de estar abrumados ocurre con facilidad en los niños con TDAH, ya que tienen dificultades para regular sus emociones. Estos síntomas pueden interferir en sus relaciones sociales, lo que les lleva a sentirse aislados y con baja autoestima. También es posible que presenten conductas disruptivas como responder antes de tiempo, levantarse muchas veces de la silla del comedor y de clase.
  • Los niños diagnosticados de TDAH suelen tener problemas con las funciones ejecutivas, que implican aspectos como organizar, planificar, priorizar, prestar atención o recordar los detalles. Por ejemplo, pueden tener dificultades para presentar los deberes completos, cometen errores habitualmente o tienen problemas para organizar sus tareas escolares.
  • Los niños con TDAH tienden a presentar un desarrollo madurativo más lento que sus compañeros de la misma edad. Por ejemplo, un chico de 11 años con TDAH puede pensar y comportarse más como un niño pequeño que como un adolescente en crecimiento. Esto implica que, incluso en la adolescencia, los niños con TDAH pueden carecer del juicio necesario para tomar decisiones inteligentes que afectan a su círculo de amistades, asumir riesgos o llevar a cabo actividades potencialmente dañinas.

Características neuropsicológicas

Aunque los síntomas centrales que definen al TDAH pueden incluir hiperactividad, junto con impulsividad y falta de atención, no todos los niños (o adultos) con TDAH tendrán estos síntomas de la misma manera o en el mismo grado. Ciertamente, se irán viendo cambios en la forma en que los síntomas se manifiestan a medida que el individuo avanza en su desarrollo físico y cognitivo.

Por su parte, numerosas investigaciones han hallado déficits neuropsicológicos relevantes que afectan a los niños que padecen este trastorno. Se ha constatado un peor rendimiento en distintas tareas cognitivas, como tareas de vigilancia, aprendizaje verbal, memoria de trabajo, flexibilidad cognitiva, planificación (peor rendimiento en niñas), resolución de problemas e inhibición de la respuesta (peor en niños).

Además, también se han identificado déficits neuropsicológicos relacionados con capacidades escolares básicas, como pueden ser la fluidez lectora y el funcionamiento académico y social. Es importante realizar una correcta evaluación neuropsicológica para poder atajar los déficits cognitivos específicos de cada caso, ya que éstos pueden variar y no se manifiestan de forma idéntica en los niños, a pesar de tener un diagnóstico, una edad o un nivel educativo similar.

Diagnóstico diferencial

Es fundamental conocer bien los criterios diagnósticos del TDAH para poder diferenciar este trastorno de otros cuadros clínicos que pueden compartir algunos síntomas o tener características similares. En este sentido, hay que descartar posibles enfermedades neurológicas, distintos tipos de epilepsia, dificultades de aprendizaje, un trastorno del espectro autista, trastornos de ansiedad o estrés postraumático o un cuadro depresivo (cuya sintomatología puede aparecer de forma concomitante al TDAH).

Asimismo, hay que saber diferenciar los síntomas de TDAH de las características clínicas de un niño que ha sufrido maltrato o ha estado en un medio familiar anómalo (con ausencia de pautas educativas, desorganización y violencia) y puede desarrollar síntomas de hiperactividad en determinados ambientes. También es importante, antes de que nuestro hijo sea diagnosticado de TDAH, descartar posibles trastornos de la personalidad, como el trastorno bipolar, el trastorno de adaptación, el trastorno negativista (con el que comparte sintomatología, pero en el que la atención es normal y predominan actitudes desafiantes) y el trastorno antisocial.

En definitiva y como hemos comentado a lo largo del artículo, en un niño con TDAH conviven muchas más cosas que simplemente ser inquieto y estar lleno de energía. Conocer qué es y cómo afecta este trastorno a nuestros hijos es nuestra responsabilidad como padres. Y en cualquier caso, si tenemos dudas siempre es una buena idea consultar con el especialista. Esperamos que estos consejos que os damos desde Centro Albea os sean de utilidad.

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