No siempre es fácil diferenciar entre las preocupaciones del crecimiento normales de la adolescencia, y la depresión. Pero así es como se puede reconocer los signos y síntomas y ayudar mejor a tu hijo.
Mientras que el mal humor ocasional o la mala conducta son de esperar durante la adolescencia, la depresión es algo diferente. Los efectos negativos de la depresión adolescente van mucho más allá de un estado de ánimo melancólico. La depresión puede destruir la esencia de la personalidad del adolescente, provocando una abrumadora sensación de tristeza, desesperación o ira.
¿Cómo detectarla?
Muchos comportamientos o actitudes rebeldes y poco saludables en los adolescentes pueden ser indicios de depresión. Las siguientes son algunas de las formas en que los adolescentes «actúan mal» en un intento de sobrellevar su dolor emocional:
- Estado de ánimo negativo persistente. El llanto frecuente debido a una abrumadora sensación de desesperanza es un signo común de depresión. Sin embargo, los adolescentes con depresión no necesariamente se ven tristes. En cambio, la irritabilidad, la ira y la agitación pueden ser los síntomas más destacados.
- Problemas en la escuela. La depresión puede causar baja energía y dificultades de concentración. En la escuela, esto puede conducir a una asistencia deficiente, una baja en las calificaciones o la frustración con el trabajo escolar en un antiguo estudiante bueno.
- Pérdida de interés en las actividades. Fuera de la escuela, es posible que note que su hijo adolescente muestra menos entusiasmo por sus pasatiempos favoritos. Pueden abandonar un equipo deportivo o un pasatiempo, por ejemplo, o alejarse de familiares y amigos.
- Muchos adolescentes deprimidos se escapan de casa o hablan de fugarse. Tales intentos suelen ser un grito de ayuda.
- Abuso de drogas y alcohol. Los adolescentes pueden usar alcohol o drogas en un intento de automedicarse para su depresión. Desafortunadamente, el abuso de sustancias solo empeora las cosas.
- Baja autoestima. La depresión puede desencadenar e intensificar sentimientos de fealdad, vergüenza, fracaso e indignidad.
- Adicción al móvil. Los adolescentes pueden conectarse en línea para escapar de sus problemas, pero el uso excesivo de teléfonos inteligentes e Internet solo aumenta su aislamiento, haciéndolos más deprimidos.
- Comportamiento temerario. Los adolescentes deprimidos pueden involucrarse en conductas peligrosas o de alto riesgo, como conducir de manera imprudente, beber en exceso y tener relaciones sexuales sin protección.
- Algunos adolescentes deprimidos, generalmente niños que son víctimas de intimidación, pueden volverse agresivos y violentos.
- Cambios repentinos en el sueño y la dieta. Los adolescentes deprimidos pueden pasar más tiempo durmiendo en la cama de lo habitual o, por el contrario, experimentar insomnio. También puedes notar que tu hijo está comiendo más o menos de lo normal.
Si bien la depresión puede causar un dolor tremendo a tu hijo y alterar la vida familiar cotidiana, hay muchas cosas que puedes hacer para ayudar a su hijo a comenzar a sentirse mejor. El primer paso es aprender cómo es la depresión adolescente y qué hacer si detecta las señales de advertencia.
Cómo ayudarlos
- Fomentar la conexión social:
- Haz que el tiempo cara a cara sea una prioridad. Dedica tiempo todos los días para hablar, tiempo en el que estés totalmente concentrado en tu hijo, sin distracciones ni tratando de realizar múltiples tareas.
- Trata de reducir su uso de las redes sociales. Recuérdale que las redes sociales no son un sustituto ideal para las interacciones cara a cara.
- Sugiera actividades, como deportes, clubes extracurriculares o una clase de arte, danza o música.
- Fomentar el voluntariado. Hacer cosas por los demás es un poderoso antidepresivo y estimulante de la autoestima. Ayude a su adolescente a encontrar una causa que le interese y que le dé un sentido de propósito. Si se ofrece como voluntario con ellos, también puede ser una buena experiencia de vinculación.
- Haz de la salud física una prioridad:
- Haz que tu hijo se mueva. El ejercicio es absolutamente esencial para la salud mental. Idealmente, los adolescentes deberían realizar al menos una hora de actividad física al día, pero no tiene por qué ser aburrido. Sacar el perro, bailar (haciendo vídeos para tiktok, o siguiendo tutoriales de influencers)
- Proporcionar comidas nutritivas y balanceadas.
- Anímalo y sé ejemplo de dormir lo suficiente. Los adolescentes necesitan dormir más que los adultos para funcionar de manera óptima, hasta 8-10 horas por noche.
- Buscar ayuda profesional
- Apoye a su adolescente durante el tratamiento de la depresión
Mantente involucrado en el tratamiento. Asegúrate de que tu hijo adolescente siga todas las instrucciones del tratamiento, ya sea que asista a la terapia o tome correctamente cualquier medicamento recetado. Realiza un seguimiento de los cambios en el estado de tu hijo y llama al médico si los síntomas de la depresión parecen empeorar. Además de, por supuesto, ser paciente y comprensivo. Durante este tiempo, es importante recordar que tu hijo no está siendo difícil a propósito, está sufriendo, así que haz todo lo posible por ser paciente y comprensivo.
- Cuida de ti (y del resto de la familia)
No reprimas tus emociones. Está bien sentirse abrumado, frustrado, impotente. Hablar sobre cómo te sientes ayudará a calmar la intensidad.
Cuida tu salud. El estrés de la depresión de su hijo adolescente puede afectar su propio estado de ánimo y emociones.
Sé abierto con la familia. No pases de puntillas por el tema de la depresión adolescente en un intento de “proteger” a los otros niños. Los niños saben cuando algo anda mal. Cuando se les deja en la oscuridad, su imaginación a menudo salta a conclusiones mucho peores. Se abierto sobre lo que está pasando e invita a sus hijos a hacer preguntas y compartir sus sentimientos.
Recuerda a los hermanos. La depresión en un niño puede causar estrés o ansiedad en otros miembros de la familia, así que asegúrate de que el resto de hermanos no se sientan ignorados.
Evite el juego de la culpa. Puede ser fácil culparse a sí mismo o a otro miembro de la familia, pero solo se suma a una situación que ya es estresante. Además, la depresión normalmente es causada por una serie de factores, por lo que es poco probable, que algún ser querido sea «responsable».
