Según la OMS el suicidio y los intentos de suicidio constituyen uno de los problemas de salud pública más graves en nuestra sociedad. Los factores de riesgo más relacionados con la probabilidad de suicidio son principalmente el número y gravedad de los intentos, padecer un trastorno depresivo mayor, haber sufrido la pérdida de un ser querido, especialmente si la muerte ha sido muy traumática, padecer una enfermedad mental, consumo de alcohol y drogas, así como algunas características de personalidad como, por ejemplo, la impulsividad o la baja tolerancia a la frustración.
En cuanto a los factores de protección, se sabe que las personas con habilidades de comunicación y resolución de problemas, que confían en sí mismas, cuentan con apoyo familiar y social y mantienen una actitud abierta a recibir ayuda por parte de otros, son menos vulnerables a la depresión suicida.
Cuantos más factores de riesgo se den en una misma persona, mayor será la probabilidad de intento suicida.
Las razones para que una persona desee poner fin a su vida, suelen relacionarse con la necesidad de acabar definitivamente con el intenso sufrimiento que ha ido soportando y acumulando a lo largo del tiempo y que no puede aguantar más.
La mayoría de las personas con intención suicida muestran conductas que pueden ayudar a detectar si está pensando en acabar con su vida. Por ejemplo, comentarios relacionados con el deseo de morir, o con el acto suicida: “No quiero vivir así”, “Esto no tiene solución”, “Estaría mejor muerto”, “Quiero descansar”, “Tengo claro como desaparecer”, “Tengo miedo de hacer una barbaridad”.
Comentarios negativos sobre sí mismo, o la vida en general: “Este mundo es un asco” “No valgo para nada”, “Mi vida no tiene ningún sentido”, “Estarías mejor sin mi”, “Soy un estorbo”, “Toda mi vida ha sido un completo fracaso”.
Despedidas emotivas verbales o escritas: “Quiero que sepas que me ayudaste mucho”.
Cambios de conducta repentinos como, por ejemplo, estado inexplicable de calma y estabilidad tras un periodo de gran agitación emocional o aumento de la irritabilidad, abuso de sustancias, alcohol, etc.
También algunas conductas de tipo altruista como, por ejemplo, regalar objetos personales, hacer algún tipo de donación, desprenderse de símbolos personales, etc.
Otras conductas que pueden aparecer están relacionadas con el cierre de temas pendientes, como el testamento o contactar con personas del pasado con las que quedó algo sin resolver, etc.