La validación emocional es un aspecto de la comunicación entre las personas.
Validar consiste en transmitir mis emociones y saber que están siendo escuchadas, respetadas, legitimizadas y tenidas en cuenta. Se trata de comunicar a la persona que su punto de vista es comprensible, independientemente de la valoración personal. No significa estar de acuerdo con la otra persona. Actuar de esta forma fomenta la confianza entre las personas, permitiendo crear un vínculo de intimidad.
Por el contrario, la invalidación emocional consiste en rechazar, ignorar, juzgar o disminuir los sentimientos y emociones o ideas de otra persona. Se suele dar en situaciones donde predominan las emociones desagradables como la tristeza o el enfado, p.ej., “no te enfades por esa tontería” o “eres demasiado sensible”. Cuando se actúa de esta manera, la persona que recibe esta respuesta puede sentir que sus emociones y preocupaciones son irrelevantes, cuestionándose si realmente lo que está sintiendo es exagerado e inapropiado. Esto puede generar dolor, culpabilidad e inseguridad.
Muchas veces somos nosotros mismos los que nos invalidamos, rechazando y minimizando aquellas emociones que nos resultan desagradables. A largo plazo, si intentamos esconderlas o evitarlas, sin permitir su libre expresión, la emoción seguirá latente y aparecerá en otro momento con mayor intensidad, causando gran sufrimiento.
Para aprender a comunicarse de manera comprensiva y empática, promoviendo así la validación emocional, es importante la educación emocional. En la infancia, la familia o figuras de referencia actúan cómo modelos y los niños aprenderán de las conductas que observan en ellos, comportándose de la misma forma con las personas de su entorno. Por ello, va a ser esencial crear un espacio seguro donde uno pueda expresar cómo se siente y se sienta escuchado y comprendido.
Normalmente, se habla de emociones “negativas” o “positivas”, sin embargo, no existen emociones negativas o positivas como tal. Es cierto que hay emociones agradables y desagradables pero todas ellas son adecuadas y válidas y es necesario expresarlas. Además, cumplen una función y permiten adaptarnos e interactuar con el entorno. Es decir, actúan como señales para nosotros mismos y para los demás.
Sería útil trabajar en identificar:
- Qué emociones sentimos: ponerles nombre, reconocerlas.
- Cómo sentimos las emociones: conocer la forma en la que se expresan a través del cuerpo, las sensaciones físicas y las cogniciones.
- Cuándo sentimos las emociones: en qué situaciones se dan, cuál es el origen de esa emoción, que información nos está dando.
Entrenarnos en reconocer y expresar las emociones es necesario para desarrollar una buena comunicación y generar relaciones sociales de calidad.
A continuación, se expone una situación a modo de ejemplo para explicar estos conceptos.
Marta se encuentra con ánimo bajo porque ha cortado con su pareja, con la que llevaba 3 meses saliendo. Está experimentando una gran tristeza y está interfiriendo en su trabajo. Le cuesta levantarse por las mañanas, se siente agotada y apenas tiene apetito.
Marta queda con su prima y le comenta lo que le está sucediendo. Esta la escucha y responde: “solo llevabais 3 meses, no es nada. Imagínate que llevarais 1 año, eso sería mucho peor. Solo tienes que esforzarte para estar bien, es cuestión de voluntad, ya verás que así se soluciona”.
Podría ser que la intención de la prima sea ayudar a Marta e intentar que se encuentre mejor. Sin embargo, está trivializando lo que está sintiendo ella en ese momento, desestimando el motivo por el que se encuentra así. Por consiguiente, Marta no va a sentirse comprendida y puede que se sienta insegura e incluso minimice su propia experiencia emocional. Si se repite esta forma de comunicación invalidante, Marta no va a percibir en su prima un entorno seguro donde expresar sus sentimientos y seguramente intente sobre controlar sus emociones.
Una forma alternativa de responder a través de la validación emocional sería: “entiendo que está siendo un momento difícil para ti y es normal que te esté afectando. Estabas muy ilusionada y me imagino que no es fácil sobrellevarlo ahora en el día a día. Cuando lo necesites, sabes que puedes hablarlo conmigo”
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