La alta sensibilidad es un rasgo innato de personalidad, que fue descubierto por la psicóloga Elaine Aron en la década de los 90. Estas personas tienen un sistema neurosensorial más desarrollado que la mayoría de las personas, es decir, procesan la información sensorial de distinta forma a los no PAS.
Han sido muchas las ocasiones en las que se ha confundido los rasgos o características de una persona altamente sensible con los rasgos básicos de personalidad (en especial, con los rasgos de introversión y neuroticismo). Pero es muy importante hacer una distinción. Para ello, mencionaremos las principales características que tiene un PAS, que han sido definidas por la psicóloga anteriormente citada con los acrónimos D.O.E.S.
- Profundidad de procesamiento (“Deep processing”). Tienden a realizar análisis de los pensamientos y/o información profundos. Esto es: (1) tienden a rumiar muchos, porque tienen una mente abierta y flexible que les permite captar mucha información. Sin embargo, la rumiación de las PAS es distinta de la hiperreflexión que realizan los neuróticos; se centra más en la necesidad de descomponer lo que han percibido en el momento. (2) Evalúan detalladamente la información. Además, dicha información la suelen recibir de forma intensa y profunda. Esto favorece que sean personas muy reflexivas sobre los temas para comprenderlos bien, que sean perfeccionistas y muy creativas. Es por eso también que les cuesta más tiempo procesar la información.
- Sobre estimulación o saturación (“Overstimulation”). Las PAS son personas más reactivas a los estímulos internos y externos (como la luz, el ruido, el dolor, las emociones, etc.). Por eso tienden a vivir dichos estímulos con mucha intensidad. Sin embargo, el exceso de estimulación ambiental los agota, por eso si una Persona Altamente Sensible ha retenido mucha información a lo largo del día, necesitará dormir más que un no PAS, aun cuando se trate de un día agradable.
- Mucha emocionalidad y Empatia (“Strong Emotions”). Las PAS tienen un circuito empático diferente que favorece que puedan reconocer mejor los sentimientos de otras personas. En otras palabras, en las PAS, el hemisferio derecho del cerebro -responsable de las emociones, los sentimientos y la creatividad-, tiene más actividad, lo que les permite poder reconocer mejor los sentimientos de otras personas. Esto se debe a que presentan: (1) Más empatía (capacidad de ponerse en el lugar de los otros); (2) más neuronas espejo, y éstas, a su vez, mayor actividad. Por tanto, dentro de este punto, algunos rasgos característicos de las PAS son los siguientes: son emocionales y empáticos; se les da bien escuchar las confidencias (suelen ser hábiles para abordar aspectos íntimos de otras personas o acoger problemas); pueden implicarse mucho cuando se cuestiona la justicia o el honor de alguien; no toleran la agresividad, las mentiras ni las dobles intenciones; están pendientes de regalos sencillos o detalles bonitos para otras personas.
- Sensibles ante las sutilezas (“Sensitive to subtleties”). Generalmente, tienen la capacidad de percibir detalles y sutilezas que para la mayoría de las personas no son relevantes, y por tanto, no se percatan de ello (sonidos, sabores, olores, objetos en un lugar, expresiones y estados de ánimo en los otros, pequeños cambios en el entorno, etc.).
Es decir, al tener una capacidad sensorial tan desarrollada, reciben mucha más información (entre 8 y 10 veces respecto a un no PAS) del entorno que le rodea; y no solo captan más cantidad de información, sino que también dicha información tiene mayor calidad.
Todo ello, favorece que las Personas Altamente Sensibles presenten una serie de consecuencias:
- Se abruman fácilmente, porque lo notan todo.
- Se sienten sobreestimulado/a cuando las cosas son demasiado intensas, novedosas o caóticas durante mucho tiempo.
- En ocasiones, su sentimentalidad les lleva a tender a formas de dependencia emocional, o a agobiar a los demás con sus demandas de cariño y cercanía.
- Pueden tener un umbral de dolor muy bajo.
- Dificultades para decir que no y para fijar los límites personales.
- Facilidad para enamorarse. Se suelen implicar mucho en sus relaciones de pareja, pudiendo en muchas ocasiones olvidarse de sí mismas.
- Tendencias perfeccionistas.
- Mucha sensibilidad a las críticas.
- Facilidad para disfrutar de las pequeñas cosas.
Actualmente, una de cada cinco personas nace con una alta sensibilidad.
